lunes, 30 de diciembre de 2013

Olma de Layos, Toledo

Olmo 
(Ulmus minor)
Olma de Layos, Toledo

El Duero nace en Soria, en los Picos de Urbión y riega con sus aguas gran parte de la antigua Castilla, dando tremenda vida a todo su recorrido y he visto lo que ofrece en varios de sus tramos. Antonio Machado, sevillano de cuna, se enamoró de este río y de su cauce y así lo manifestó en los más bonitos poemas del siglo pasado. Amó a estas tierras castellanas como si hubiera nacido aquí, y aquí escribió  y encumbró a los Olmos castellanos como si fueran el ápice de la vida. Nadie como él pudo sentir el alma de estos árboles y de estas tierras, que ciertamente una vez conocidas, te enamoras de sus vidas y de sus gentes. El Olmo de Layos también es castellano, aunque no está en el Duero. Pero su figura es, como si lo estuviera. Cuidado, precioso y limpio, se sitúa frente a la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena. Y tan bello es, que para mí puede ser el baluarte de lo que debe ser el futuro medioambiental en el planeta. Este ser, en cada día de existencia realiza la fotosíntesís, para absorber el dióxido de carbono ambiental y mediante la producción de azucares, convertirlo en energía y carbono sólido, al que llamamos madera.
Los políticos se están pegando literalmente y lo están trasladando a nuestra sociedad, en el intento (aunque sea más económico que medioambiental), de producir energías más limpias, que no sean originadas por la combustión de combustibles fósiles. Y realmente no están equivocados, ya que esta sustitución en el origen de la energia es muy importante. Pero olvidan lo principal, que el progreso, aunque muy importante,  no es suficiente. Nuestra generación anterior utilizaba coches que consumian 10 o 12 litros cada 100 Km o no reciclaban ningún tipo de residuo.
Ahora tenemos coches con un consumo de 4 o 5 litros y reciclamos más de la mitad de lo que generamos. Pero falta la clave. Ahora circulamos casi seis veces más al año con nuestros coches y generamos más de diez veces residuos. ¿De qué le vale a nuestro planeta, si al final, emitimos más carbono a su atmosfera? Además la previsión es de crecer a mayor velocidad aún. La clave no está en esto, sin duda. La verdadera clave no está en la reducción de emisiones, que es importante, sino en la absorción de las mismas. Y solo existen dos fábricas de absorción, las plantas, donde los árboles son los verdaderos protagonistas, y el mar, cada vez más esquilmado, acidificado y dañado.
Plantemos pues, millones de árboles donde no los hay, para regenerar las antiguas selvas y bosques mundiales y habremos dado con la clave de nuestra supervivencia y la de generaciones venideras.
Además si esta clave está en individuos como el Olmo de Layos, generaremos belleza allá donde vayamos.


lunes, 9 de diciembre de 2013

Olmo "EL Pantalones" Jardín Botánico Madrid

 Olmo "EL Pantalones" Jardín Botánico Madrid

Me encanta ir a pasear al Jardín Botánico. Todas sus estaciones son majestuosas, ya que es tal la cantidad de ejemplares de diferentes especies que siempre te asombra algo. Pero lo que más me gusta son los dos euros que se pagan por entrar. Yo lo tomo como una bendita subvención para la subsistencia del jardín, pero lo cierto es que supone olvidarte de las masas del Retiro y disfrutarlo sólo o en compañía de personas que valorar el entorno, o de estudiantes con ganas de formación, o de guías especializados que siempre me atienden amablemente ante cualquier duda. 
Me encanta disfrutar de la Terraza de los Laureles y de su exposición permanente de Bonsáis. Pocas poblaciones pueden tener un museo con estas calidades, que sumado al Museo de Alcobendas hacen de Madrid un sitio privilegiado.
Llevo muchos años queriéndome apuntar a las charlas del botánico los jueves por la tarde, pero mi ubicación familiar y el trabajo diario me arrastran a perdérmelo. Seguro que termino haciéndolo.

Espero que con estas líneas, no se me llene el jardín más botánico de Madrid, y pueda seguir leyendo a los pies de los grandiosos Almeces del parque, o por qué no, en compañía de su anciano más prestigioso, nuestro amigo El Pantalones.
Olmo grandioso, y de forma singular, asemeja unos pantalones dados la vuelta. Posee una forma singular y rara para ser un olmo, y es tan alto que se puede ver prácticamente desde todo el jardín, sobre todo en invierno, donde evitamos la tremenda frondosidad del resto de los especímenes.
Me gusta mucho el Botánico, por mi manera de ser y por mi principal afición, pero tengo otra pasión cercana. Cuando acabo, me acerco siempre a mi terraza preferida, al Café del Botánico. Si te sientas en su terraza y te tomas un café (otra de mis pasiones internas) puedes ver el Gran Madrid. Por un lado, el Museo del Prado, por el otro el Real Jardín Botánico, más allá la Iglesia de los Jerónimos, hacia arriba, el Retiro y de frente el más bonito de los hoteles madrileños, el Palace Hotel. Pero sin duda, eso no sería nada si no los acompañasen los árboles singulares que colindan todos estos edificios increíbles. El gran Almez y los grandes Cedros del Líbano del Museo del Prado, así como Cedros, Pinsapos, Piceas del Himalaya, Magnolios y Plátanos del Paseo del Prado



viernes, 29 de noviembre de 2013

Encina (quercus ilex ballota) Ctra Plasencia, Cáceres

Encina (quercus ilex sub.ballota) Ctra Plasencia, Cáceres

Han pasado muchos años desde que vi un enorme alcornoque desde la carretera de Plasencia. Sabía que tenía que ir a verlo y presentarle mis respetos. Desde arriba, sin duda, se trataba de un ejemplar muy antiguo y añoso, ya que se apreciaban los descorches voluptuosos sobresaliendo de su antigua corteza.

Por fin, un día no previsto me decidí a coger el coche, e intentar llegar lo más próximo a la imagen que tenía en las retinas. Cuando llegamos a la intersección de carreteras, nos llevamos un pequeño chasco, ya que la nueva autovía había sustituido a la antigua carretera y aunque de lejos se observaba el ejemplar era prácticamente imposible llegar a él. Otra vez será, pensé decepcionado.

Pero habíamos visto a lo lejos, paralelo a la carretera de acceso, buenos ejemplares y nos decidimos a introducirnos por un camino de tierra y dispersarnos por las fincas abiertas aledañas a la carretera.

La sorpresa fue mayúscula, ya que encontramos alcornoques inmensos, s, así como ejemplares muertos con troncos erguidos . ¡Que colosos debían haber sido!

Las imágenes hablan por si mismas, individuos de al menos 300 años diseminados por la finca y aún se veían bastante más dentro de fincas privadas preciosas. La pena es que pedimos permiso para fotografiar más ejemplares dentro de las mismas y nos lo denegaron. El mismo error de siempre. La gente sigue pensando que les pertenecen por simple derecho administrativo. Deberían saber que ese poder solo sirve para masacrar, ya que solo es el tiempo, que siempre pasa, el único que mejora el entorno. Nosotros solo lo utilizamos o lo estropeamos.

Cuando nos demos cuenta que somos nosotros los que pertenecemos al conjunto de la Tierra, que no somos el centro de la vida y respetemos la vida ajena. Cuando nos enteremos que no nos pertenecen, aunque tengamos un papel que así lo diga. Ese día no hará falta tener vallas ni pedir permisos para involucrarnos en estas vidas y compartir al menos unos minutos con ellos. Jamás he hecho daño a nada. Me lo impide mi naturaleza que es la misma que la de todos ellos.


martes, 26 de noviembre de 2013

Encina Terrona. Belvis Monroy. Cáceres

Encina Terrona. Belvis Monroy. Cáceres

Las torres gemelas. Así me gusta llamar a esta encina.

A este tipo de encinas muy abundantes en Extremadura se les llama  "dos hermanas o hermanas gemelas". Han crecido dos ramales de la misma bellota desde su inicio o han crecido dos bellotas juntas, en cuyo caso son dos ejemplares unidos por los años.
Si tomásemos el perímetro normal por debajo de la bifurcación o ésta empezase por encima del metro y medio de altura, se trataría quizás de la encina de tronco más grueso que se pudiese ver en España.
Aún así, tomándolas como dos encinas juntas, siguen siendo pletóricas y parece que con su diseño natural quieren representar la V de la victoria, para decirnos, que han podido con las visicitudes de estos años, y han superado todo lo encontrado a su alrededor.

Las encinas, distribuidas por prácticamente por todo el territorio español, desde cota cero a los 1200 m sobre el nivel del mar, es la especie más abundante de nuestro territorio, y sus principales características simpatizan con nuestro clima continental interior y costero, ya que soportan fríos intensos, sequías prolongadas, y lo que es más importante, es que después de quemas o incendios, consiguen sobrevivir de sus cepas, fabricando individuos más fuertes a la sequía y a los incendios. 

Son famosas las dehesas de las zonas centrales de España, dehesas creadas sintéticamente por el hombre para compatibilizar agricultura, ganadería y usos de estos árboles para leña, carbón y alimentación del ganado. Sin estos usos paralelos seguramente la encina no hubiera sobrevivido a las talas intensivas que se produjeron desde el inicio de la humanidad moderna no nómada y desde la introducción de la agricultura intensiva que trajeron los árabes, hasta los modernos huertos solares de nuestros días.
La recolección de sus frutos, de las bellotas, con usos tanto de alimentación animal como humano, prácticamente ha desaparecido en nuestros días, salvo el uso para las grandes granjas de cerdos ibéricos, en las sierras de Extremadura y Huelva.

Este abandono, a la larga, genera beneficios para el medio ambiente, ya que la no recolección de las bellotas, puede generar más germinaciones naturales.
Estudios a largo plazo, confirman que cuando se abandona la ganadería, y por supuesto la agricultura en estas zonas, y lo único que se hace es precisamente no hacer nada, la densidad del arbolado aumenta progresivamente y de modo espectacular en un entorno de 25 años. Fotografías tomadas en esos intervalos de tiempo, consiguen hacernos ver el significativo cambio.

El tiempo es el único que modifica el medio ambiente para su mejora, si dejamos que trascurra de modo natural y apacible.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Alcornoque Navalmoral de la Mata

Alcornoque Navalmoral de la Mata, Cáceres


Cuidar nuestro entorno. Algo que parece muy sencillo, se convierte en tremendo y muy costoso cuando los objetos a cuidar no son de nadie, o peor aún, lo son de todo el mundo. Muchas fincas donde se ven estos alcornoques y encinas, se dedican al ocio publico, donde colectivos deciden reunirse para pasar agradables tardes. Pero, si  se eligen estos entornos por ser naturales y bellos.   ¿Por qué entonces cuando estos colectivos abandonan el lugar, dejan numerosos residuos que nadie recoge ni tan siquiera los ayuntamientos con sus servicios de limpieza? Estoy seguro que si fuesen de su propiedad lo dejarían totalmente limpio. De igual forma numerosos cazadores abandonan cartuchos y gran cantidad de metales pesados en pleno campo sin recoger en la mayor parte de las veces.

Tengo una máxima en mis paseos por el campo. "Cuando regresas que al menos esté como te lo encontraste"  o sencillamente "que el campo ni recuerde tu paso a través de él". Con esto mantendríamos limpios nuestros campos de una forma muy sencilla.
El maravilloso alcornoque de la foto se encontraba por un lado pegado a un basurero ilegal, con cientos de residuos cercanos, y por el otro, una pista ilegal dedicada al motocross, con abundantes restos de metales, plásticos y neumáticos

Para hacer las fotos, lo principal no ha sido conseguir la abertura o la velocidad del objetivo, sino evitar la visión de la basura en las imágenes.
Ahora que tenemos, y pagamos con nuestros impuestos a empresas especializadas en la retirada, manipulación y reciclaje de nuestros residuos urbanos, deberíamos tener conservaciones de montes mediante contratos semejantes a estos de los servicios, como en carreteras o municipios. No solo tendrían la responsabilidad de limpiar, sino de cuidar, plantar hasta densidades necesarias y por que no, usar los bienes de biomasa que se generasen en dichos montes. Quizás no se hace porque es menos visible al público y estos parajes solo se disfrutan por una masa importante de gente de lejos, o en oportunidades minoritarias. Si fuese valorado o habitual estoy seguro dispondríamos de estos servicios.

En el futuro abriremos la necesidades de dichos servicios y estoy convencido que llegará a nuestra sociedad.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Pino piñonero Monte del Pilar

 Pino Piñonero Monte del Pilar (Majadahonda, Madrid)



Somos privilegiados. Tenemos un pinar cerca. Aunque le llamemos pinar realmente es un bosque mediterráneo, ya que tiene las especies más típicas de este ecosistema, pinos piñoneros, encinas, alcornoques, jaras pringosas, romero, etc.

Y digo bien lo del privilegio, ya que hoy en día disponer de más de 200 hectáreas naturales en medio de la zona más explotada de urbanizaciones de Madrid es un autentico lujo. Podríamos pedir menos interacción en este espacio por parte de los responsables del mantenimiento ya que aran los terrenos para evitar incendios, lo que provoca envejecimiento de la especies y empeoramiento de los suelos. Los senderos se encuentran muy apelmazados por el paso de mucha gente corriendo, paseando o en bicicleta (a lo cual me sumo en muchas ocasiones), pero pensando que también se debe disfrutar considero que no ha sido muy castigado.

Tener cerca un pinar esta muy bien, pero tener una zona de ese pinar con individuos de más de cien años mejora mucho el entorno. La pena es que, como el individuo de la foto, existen muchos que han sido podados de modo muy poco profesional, como tantas y tantas veces, ya que se debe pensar que los árboles lo aguantan todo. En vez de planificar las podas en la juventud del árbol para hacer un ejemplar maravillo, se podan grandes ramas sin criterio. Supongo que no sabrán las consecuencias de estos actos. Los insectos y hongos encuentran un camino muy sencillo hacia la savia elaborada de estos troncos y empiezan a comerse literalmente al ejemplar, estando este impedido de defenderse al no poder cubrir tal herida. Comprobado está, que efectos como los efectuados al ejemplar de la foto, le significan una esperanza de vida solo del 50% de la que tendría de no haberlo hecho.

Ejemplos de esto, se encuentran a lo largo de muchos jardines de nuestros municipios, donde a grandes árboles se les tala, más que podarse. Cuando mueren, nadie los ve, suplantándose en solo algunas ocasiones por nuevos individuos flacos y pequeñitos

El jardinero habitual no es un profesional de las plantas y árboles como debería ser, sino un mero operario que podría hacer esto como cualquier otra actividad de la construcción o los servicios.

Esperemos que la formación se imponga en todas circunstancias de nuestras vidas.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Arce de Canadá (Acer saccharum)

       Arce de Canadá (Acer saccharum)

Dubrovnik, Croacia

Dubrovnik es un pueblo croata situado en el sur del país, que posee una muralla perimetral medieval rodeando a su ciudadela de las más bonitas y mejor conservadas del mundo, a pesar de las numerosas guerras que ha sufrido, siendo la más cruenta la más cercana a nosotros en los años noventa. 

La ciudad fue bombardeada durante los años noventa en un sinsentido por los ejércitos serbios, con el único fin de provocar dolor en la población croata, ya que no se hizo por razones estratégicas de guerra, (ya que no existían), ni para colonizar el territorio y anexionarlo a sus territorios sino para destrozar en lo más dentro de sí lo que más quería el pueblo croata. 

Para aquellas personas que pasamos por el mundo con criterios constructivos y positivos, pensar en la posible destrucción de tal maravilla por el sinsentido humano provoca escalofríos, valorando además  las maravillas que la acompañan, como la gran cantidad de árboles singulares  que colindan la muralla. 

El primero es una especie no difícil de encontrar en Norteamérica, pero poco común en Europa como es el Arce de Canadá (Acer Saccharum) de la foto anexa. Menos común es además el tamaño del especimen. 

Hablar de arces, es hablar de Norteamérica, y Japón. Aunque realmente se traten de especies generales Acer, los de América de los de Japón no tienen mucho que ver. Los acer americanos son los árboles preferentes en todas las latitudes antes de llegar al bosque boreal, cubierto de coníferas (abetos, piceas, etc), mientras que los japoneses son arces arbustos o arboles medios de una increíble belleza tanto por su exagerada geometría de sus hojas, como de su extremo colorido otoñal. Por eso son venerados como dioses junto con los prunus mume (estos lo son por sus flores, que se convirtieron siglos atrás en la flor nacional)

Las imágenes que tenemos de grandes bosques de frondosas en otoño, se las debemos al norte de Estados Unidos y sur de Canadá. Seguirán en las postales durante milenios. 

En la fotografía siguiente se puede comprobar también un plátano (platanus x hispánica) magnífico ubicado también en las inmediaciones de dicha muralla)

En resumen, ciudadela maravillosa con árboles increíbles. Despues de lo que han aguantado , es cierto, La unión, hace la fuerza.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Plátanos Zagreb

Plátanos en Zagreb

(Platanus acerifolia)

Los plátanos de sombra (platanus acerifolia y platanus x hispánica) son los árboles más utilizados para engalanar las ciudades en todas las regiones templadas del hemisferio norte. 

Esto se debe a la gran cantidad de ventajas que tienen estas plantas en las ciudades y los pocos inconvenientes. 

Las mayores ventajas sobre otras especies es su adaptación a la contaminación de las ciudades, su facilidad para hacer crecer sus raíces en suelos compactados (incluso asfaltados) y con gran presión de peso sobre ellas, la gran sombra que proyectan, debido a sus grandes hojas, que generan paseos muy agradables para los calurosos veranos europeos.

Estos paseos son muy abundantes en toda Europa. Uno de ellos con fabulosos especímenes se encuentra en la capital de Croacia.
El paseo es de los más lindos que he visto, ya que no solo los grandes árboles engalanan el parque en dos filas paralelas, sino que con bastante criterio, no han enlosado los senderos colindantes y han posicionado un quiosco de música en su centro.

Verlo de noche, con una ligera lluvia que provocaba múltiples reflejos de las luces en el agua, mientras un grupo de músicos mayores (de edad, que no de vida) tocaban en directo piezas clásicas de Mozart, me provocó  unos sentimientos de paz y relax espirituales, fantásticos, a juzgar por lo empapado que apenas sin darme cuenta, acabé al llegar al hotel.

Uno de los especímenes es el de la foto, de los más grandes, aunque todos de similares dimensiones, y que me sorprendió, por su puro color blanco y la increíble luminancia de su tronco. 

Solo cabe esperar que Mozart escuche también muchos de sus antiguos compases sentado en alguno de los bonitos bancos del parque, en alguna de las espectaculares noches de verano de Zagreb.


lunes, 11 de noviembre de 2013

Moral (morus nigra) en Parque Nacional Krka

Moral negro (Morus nigra) 

Parque Nacional Krka, Croacia

Para mí la vida engloba un conjunto de individualidades que crean un todo.
Esto era Gaia, después llamada planeta Tierra.

La Tierra se compone de millones de organismos que se entrelazan y consiguen vivir interdependiendo unas de otras. Esto quiere decir que no hay especie que no valga para nada. 
Cuando una especie desaparece, casi siempre por culpa del hombre, cambia su ecosistema y provoca cambios irreversibles en su entorno. Casos muy conocidos es la desaparición de los depredadores en la península ibérica, lobos, zorros y osos, provocando el control sintético de los cérvidos por parte del hombre. Lo curioso del caso, como relataba en el prólogo, es que a veces, quizás con demasiada frecuencia, no es que no existan elementos naturales en nuestro entorno, sino que simplemente no los vemos a pesar de estar junto a nosotros y formar parte de nuestra vida sistemáticamente.

Al ser humano moderno, se le ha inculcado, gracias a esta nueva era y al estar por encima de la supervivencia básica (es decir, tener segura la comida, bebida y alojamiento) y disponer de recursos para  el ocio, que debe viajar, ver y contar a sus vecinos las maravillas de lo visto.
Jamás se cuenta lo aprendido, solo lo visto. Desgraciadamente una amplia mayoría de esta gente no se documenta ni sabe nada de lo que ve, ya que simplemente se busca el "haber estado"
Esto nos sucedió de camino a Zadar, en Croacia, donde teníamos planeado parar en uno de los tres parques nacionales más importantes. El parque Nacional se llama Krka y es un ecosistema mediterráneo de abundantes precipitaciones y cuyo reclamo turístico principal son unas bonitas caídas de agua. Entiendo perfectamente la necesidad de ver estas caídas de agua, la cual también la siento, pero yo siempre he procurado entender la vida de un modo global, no aisladamente.
Realmente la cascada de agua era preciosa, pero el bosque que rodeaba las hectáreas colindantes lo era aún más. Nadie apreciaba nada, ya que "son solo árboles". De camino a la mayor caída de agua, sobre una suave pendiente pudimos ver un especimen enorme de Moral Negro (Morus Nigra) varias veces centenario. Aposté que antes de fotografiarlo, nadie de los cientos de personas que bajaban por allí ni siquiera lo miraban. Así fue, ya que el único objetivo era el agua.
Como escribí en el prólogo, alguien escribió aquello de "El árbol que no te deja ver el bosque" En este caso sería mejor decir "El bosque que no te deja ver el árbol".
Sinceramente no comprendo que hace ir a la gente a ver un sitio así, llamado Parque Natural, y no ser capaces de ver "lo natural" y los elementos principales del mismo. Para mi es incomprensible.
Hablar de árboles como los morales, es hablar de tradiciones antiguas culinarias y gastronómicas.
Sabemos que la primavera y el otoño son estaciones gastronómicas por excelencia. Existen muchos árboles y arbustos con cuyas frutas se hacen excelentes mermeladas y postres caseros como en el caso de los morales. Hablar de nueces y castañas en otoño es hablar de alta cocina, ya que se están utilizando en sofisticados manjares.Probar una tarta de moras casera es un placer de dioses La lástima que son árboles que manchan mucho si no se recolectan y son excusa perfecta para eliminarlos y en el mejor de los casos sustituirlos por especies más anodinas, como los cipreses de arizona.

Ellos se pierden los colores primaverales de sus flores y sus ricas tartas.
                                                                          

jueves, 7 de noviembre de 2013

Tilo en Parque Nacional de Plitvice, Croacia


 Tilo (Tilia cordata)
 Parque Nacional Lagos    de Plitvice, Croacia

Tilo proviene del griego ptilon, que significa ala. El nombre proviene de la forma de su triple inflorescencia en forma de ala, que ha formado durante veinte millones de años, para dispersar mediante el viento sus semillas.
El Tilo que nos encontramos en Plitvice, Croacia, no lleva tantos años allí, aunque la especie posiblemente sí, ya que es de los pocos sitios donde se puede ver ya en forma de bosque natural, y no en plantaciones urbanas.

El tilo ha de vivir alto, por encima de los 1000 m en nuestro país, por lo que en España, es difícil verlo en plantaciones urbanas para sombra, usándose normalmente el plátano o la acacia. En Europa es mucho más normal, ya que además es el árbol del baile nacional en muchos países europeos. En los centros de los pueblos se plantaba un tilo (similar a nuestros olmos) y cuando alcanzaba un tamaño considerable, la orquesta tocaba sus instrumentos desde ramas altas o desde la copa si era posible, y la gente bailaba debajo de su gran copa podada al efecto, asegurándose una buena y confortable sombra. En muchos pueblos sigue manteniéndose esta bonita costumbre.
El tilo es un árbol tranquilo. Como no iba a serlo, si de sus flores se fabrica la tila, infusión que todos hemos tomado antes de  nuestros exámenes finales. Es una infusión con efectos calmantes de la excitación humana.  

Tal y como se encuentra el mundo en estos momentos, supongo que no la usamos demasiado.
Recuerdo un tilo que veía todos los días a la vuelta del trabajo por la carretera de Boadilla del Monte a Pozuelo en Madrid. En otoño, entre encinas, cuando tornaba a amarillo intenso, se veía en lo alto de un cerro, majestuoso. Parecía imaginarme todo el pueblo bailando debajo de él, agradeciéndole tal maravilla para los ojos.

Cuando nos encontramos, a lo lejos, en el parque de los Lagos de Plitvice, este enorme tilo ubicado en la linde del lago mas hermoso de los que jamás haya visto, por sus aguas azul turquesa y su entorno boscoso, tardamos en darnos cuenta de la cantidad de ejemplares parecidos a este, formando un enorme bosque, mezclado con arces y hayas, que crecían en las inmediaciones de dicho lago. El ejemplar de la foto era inmenso (como se aprecia en la foto) y con una copa muy amplia y abierta al estar aislado, haciendo el ejemplar en su conjunto de los más bonitos que he podido ver. Pero los cientos de ejemplares ya no aislados, con troncos inmensos, aunque con copas más altas y someras  no le iban a la zaga. Este era el jefe de todos, que adelantándose a los demás  nos quería comunicar el merecido  aprecio a su especie vegetal.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Fresno de Gargantilla del Lozoya, Madrid

Fresno Negro Europeo 
(Fraxinus excelsior)
Gargantilla del Lozoya, Madrid
Mis amigos tienen un fresno enorme en su jardín. Compraron una casa en Gargantilla del Lozoya en medio de una zona donde los fresnos enormes y centenarios llenan de vida a la sierra. 

Yo creo que realmente el fresno les compró a ellos para que le cuidaran. Y a fe mía que lo hacen, ya que está en un momento álgido de su vida.

Tienen un pozo, por que donde hay fresnos hay agua abundante.
Estos fresnos han sido podados desde tiempos remotos para la producción de varas, con el fin de obtener soportes para la plantación de alubias, alimento indispensable en siglos pasados y luego para fabricar herramientas y enseres, consiguiendo con los años, las famosas siluetas de los fresnos de troncos inmensos con varas mirando al cielo en forma de escoba.

Nuestro fresno (también es mío, por que lo disfruto) ya no se poda de esa manera ya que se ha convertido en árbol de jardín, lo que hará aún mayor su majestuosidad con los años.

Árbol venerado por las civilizaciones antiguas se decía que era el Dios de la fecundidad. Declarado Dios por los germánicos ya que contenía en sí todas las fuerzas del universo y era el hito donde se marcaban los mundos subterráneos del agua y sus manantiales emergidos, hoy está en recesión por la menor demanda de su propiedad más extraordinaria: la increíble relación flexibilidad y dureza de su duramen.
Me gustaría pasase algo parecido como con el suber del alcornoque, y se valorase más lo natural, y menos lo mineral o sintético, tan introducido en nuestras casas.

Es probablemente el árbol con mayor simetría entre raíces y parte aérea. Cuando sufre sequías o crece en zonas más secas, se achaparra, manteniendo viva la parte más importante de sus ramas. En cambio, cuando se suministra de abundante agua, la parte aérea emerge con una fuerza brutal y se convierte en un ser colosal.

Este árbol se ha plantado desde tiempos remotos cerca de las casas de campo, por ser atrayente de los rayos aduciendo gran capacidad de sacrificio hacia nosotros ejerciendo de pararrayos natural.

Con el tiempo la silueta de estos seres puede llegar a ser tremenda, siendo curiosa  la forma en la que se ha manifestado un enorme fresno (fotografía de la derecha) ubicado en la carretera de la silla de Felipe II, en El Escorial.

¡Que gran careta de Halloween para los niños!




martes, 5 de noviembre de 2013

Sabina Albar. Sigueruelo, Segovia


Sabina Albar 
(Juniperus thurifera )
Sigueruelo (Segovia)


Austeridad. No hay mejor vocablo para definir la vida de las sabinas. Deberíamos tener a estos seres como ejemplo vivo de la existencia sin necesidades. No necesitan prácticamente nada para vivir. Utilizan lo más estéril y yermo para subsistir. A diferencia del resto de las especies vegetales, (el tejo y el pino, humedad, el roble, el haya, el álamo, el fresno, abundancia de agua, el abeto, el alerce, frío y nieve, etc), los juniperus en general, y las sabinas en particular sobreviven donde nada lo hace. Solo las encinas se les asemejan, aunque necesitan más pluviometría anual y no soportan extremas temperaturas invernales. Se clavan en terrenos áridos y secos de altiplanicies como las de Soria, Segovia o Teruel, donde nada germina, entre rocas y suelos graníticos. Aún así, y a su dificultad de germinación, incluso con su lento crecimiento todavía poseemos grandes superficies de grandes sabinas. Una de las más importantes se encuentra en Segovia, en la planicie de la cara norte de la Sierra Central, detrás de Riaza. Centenares de hectáreas donde esta reliquia de la Era Terciaria todavía permanece inmune a las garras de los humanos.
Cuatro especies se dan de modo importante en la Península Ibérica. La primera, el Enebro (Juniperus oxicedrus) de hojas aciculares pinchantes de algo más rápido crecimiento (por decir algo). Se da entre encinas y pinos en los densos bosques mediterráneos peninsulares. Con sus bayas se aromatiza la ginebra, que tanto gusta por estos lares.
La segunda, ya Sabina, se denomina rastrera, por su bajo porte arbustivo, y su horizontalidad al suelo. Se puede observar muy fácilmente en cuanto subamos laderas montañosas pedregosas por toda la Sierra Central.
La tercera, la de la foto, se denomina Albar (Juniperus thurifera) de lentísimo crecimiento, solo unos mm de anillo anual, bellísima cuando anciana se vislumbra desde carreteras de Castilla. Posee hojas escuaciformes como la de los cipreses 
La cuarta, última, y no por ello menos importarte, es la Sabina negra (Juniperus phoenicia). Se diferencia de las demás por las características de sus hojas, ya que comparten rasgos entre enebros y sabinas, ya que sus hojas son aciculares pinchosas cuando son jóvenes y escamosas cuando maduran. Se las llamó negras, por que de lejos, su color oscurece con la luz solar y dan apariencia de bosques oscuros. Esa propiedad de las hojas las comparte con la Sabina asiática (Juniperus chinensis), tan popular en bonsái.
Las sabinas son mujeres, mujeres fuertes, que han labrado su historia a base de esfuerzo, trabajo y moral. Por eso pueblos que superaron grandes vicisitudes históricas y tuvieron a las mujeres de protagonistas definieron a estas mujeres como estos seres y Sabinas las llamaron. (A mi lado tengo un ejemplo de esto, y a escondidas, sin que se entere, la llamaré Sabina) 



 

lunes, 4 de noviembre de 2013

Pino Albar de la Cadena, Navacerrada, Madrid

Pino albar de la Cadena, Navacerrada, Madrid



El pino de la Cadena es uno de esos árboles con una bella historia. 

Si alguien conoce la zona, es bien sabido que se trata de una montaña muy explotada en cuanto a sus recursos naturales en general y sus recursos madereros en particular. La sierra de Navacerrada, es, sin duda, un oasis en el desierto de hormigón que es Madrid, pero un oasis pletórico de gente y de presión económica y social.
Así se desarrolla una actividad tremenda cada fin de semana, ya que existe un deporte favorito entre los madrileños llamado "vamos a la sierra". Normalmente la gente equivoca la sierra con los establecimientos de hostelería y las grandes comilonas, para terminar andando no más de diez minutos para ver que los árboles existen (o los pinos, que es lo único que distingue la gente) y volver al atasco de vuelta a la ciudad.
Y digo que esta sierra también ha sido explotada en gran medida en sus recursos madereros, a pesar de la imagen de bosque que encuentras si te adentras más de los diez minutos habituales.

Sin embargo, no ha sido demasiado degradada en este aspecto, debido, a que ha sido gestionada de modo sostenible y ha sido renovada continuamente por la empresa que posee los derechos sobre la madera. Mucho tiene que ver esta sostenibilidad, con los ancestrales modos de vida de las personas de estas zonas, que vivían de dicha madera o bien de bajar neveros para Madrid cargados con animales de carga. 
Curioso es, que actualmente, esta gente que sigue viviendo de la existencia de los mismos recursos, da la espalda a los mismos y no "sostiene" sus proporciones de cantidades de gente o entornos, importándole poco el daño que se produce cada semana a estos bienes naturales debido a las masas de gente. (Hemos de agradecer a la empresa que gestiona los deportes de invierno la limitación de gente en las estaciones, que ha favorecido en gran medida evitar el destrozo en las inmediaciones de dichas pistas)

Por estos modernos motivos, puede ser que nuestro Pino de la Cadena esté ya enfermo y algo decrépito. Su historia es tan bella como debió ser el árbol en su momento más álgido, que corresponde cuando una persona amante de esta zona se enteró apoyada en este árbol del fallecimiento de su madre. En ese momento se dio cuenta que el árbol estaba marcado para su tala y aprovechamiento de su madera, ya que había llegado a la edad de 120 años que marcaba su muerte.

Esta persona buscó a los dueños del árbol y pagó el valor de su madera, para salvarle la vida y dedicárselo a su familiar más querido. Puso una cadena con eslabones y el mensaje "A su querida memoria 1840-1924". Cada cierto tiempo los forestales aumentan un eslabón en la misma para evitar el estrangulamiento del tronco con el crecimiento del árbol.

Pocos árboles tienen una historia tan bonita. No se si quisiera ser protagonista o ejecutor de una parecida.... O por que no, de ambas

jueves, 31 de octubre de 2013

Tejos de San Cristobal de Valdueza (León) y Salas (Asturias)


Tejo de San Cristobal de Valdueza (León)


Solo quedan unos pocos ejemplares de tejos varias veces centenarios en España gracias a culturas ancestrales que los plantaron para agasajar a antepasados queridos. Centros de referencia en las iglesias románicas españolas, encumbran a estas, a categorías de mágicas y veneradas. Este tejo de San Cristóbal de Valdueza es uno de ellos. Lamentamos una inscripción en su enorme tronco, realizado por quien evidenciamos, no respeta ni la vejez, ni la cultura, ni la naturaleza ni la belleza, ni tan siquiera la vida. 

Qué pena, no respetarse a si mismos.



Tejo de Salas (Cementerio de Salas, Asturias)

La relación y la veneración por los tejos plantados en cementerios para la protección y la unión de nuestros antepasados con el cielo, encuentra su mejor ejemplo en Salas, un precioso pueblo de Asturias. En el centro de una región llena de bosques y montes norteños, el tejo se encuentra en lo alto de una cima que llena el valle, y se ve desde cualquier punto del pueblo. Allí en lo alto protege y vigila que todo siga igual que siempre, al menos igual que en los últimos setecientos años.



martes, 29 de octubre de 2013

Tejo del Arroyo Barondillo


Tejo del Arroyo Barondillo, Rascafría, Comunidad de Madrid

Siempre estaré en deuda con esta Tejera. Por muchos años que pasen, la influencia que ejerció en mí persona en el verano de 2008 ha marcado muchos cambios en mi manera de ver la vida.
Siempre me ha gustado escaparme en soledad (aunque ya sé que no debería ir solo), a pasear por los llamados bosques singulares o a la búsqueda de ejemplares increíbles por su tamaño o su belleza. 
Alguien me habló de la única Tejera viva en la Comunidad de Madrid, en lo alto de Rascafría, en la parte que es propiedad de la Sociedad Belga de Pinares de Navacerrada.
Me documenté y sin pensarlo me encaminé a una maravillosa excursión de tres horas por maravillosos pinares de Pinus sylvestris, llamados también Albar, o de Valsaín.
Para encontrar los tejos (algunos de ellos enormes aunque el más grande es el de la fotografía), al final del sendero, se ha de cruzar el Arroyo Barondillo, que en estas fechas veraniegas ya no va demasiado caudaloso y se cruza con relativa facilidad.
El tejo de la fotografía, está catalogado como el ser vivo más añoso y veterano de la Península Ibérica. El estudio dendrocronológico de su edad a través de sus anillos es imposible ya que se trata de un ejemplar con cavidades huecas, madera muerta a lo largo de su perímetro y numerosas zonas en putrefacción, pero ha sido estudiado en paralelo a través de los anillos de sus congéneres, datando su nacimiento y germinación cerca del siglo VI de nuestra era. Es decir, puede tener cerca de 1500 años de existencia.
Dicen que los tejos tienen alma, que están más cerca del cielo que de la tierra. 
Dicen que son tóxicos, que sus ramas han sido usadas como veneno, y sus frutos, dependiendo que especie los coma, tremendamente poco digestivos (incluso mortales si se toman junto con líquidos).
A mí me dió la vida. Provocó la extrema exhaltación física de mi corazón, y llegó a ser la clave para tomar la decisión definitiva de arreglar alguna tuberia desgastada.
Prometí volver ya que no pude ver el ejemplar milenario en mi primera visita, y así, poder agradecerle y decirle, que despues de haber leido tanto sobre él, ahora al compartir esta experiencia, ya entiendo por que es el árbol de la vida y la muerte, del nexo del suelo y de la tierra hasta el cielo.

Lo hice en 2009 y nunca lo olvidaré. Gracias

lunes, 28 de octubre de 2013

Roble de la Mata del Pañuelo

     Roble Melojo, Rebollo (Quercus pyrenaica)
Rebollo de la Mata del Pañuelo, Rascafría, Madrid

Existen varias especies de robles en Europa. En España aparecen tres de ellas, quercus robur o carballo, quercus petraea o albar y quercus pyrenaica, melojo o rebollo. Aunque todas se hibridan, es la segunda la que se hibridamás con las otras dos confundiéndose entre ellas, a veces confundidas todas, siendo la primera de latitudes más altas y de espacios más fríos y húmedos.
En cambio, quercus pyrenaica vive en latitudes más bajas, es mucho más pequeño que los anteriores, formando bosquetes amplios y numerosos pero de individuos pequeños y estilizados, muy parecidos a los hayedos. Por eso cuando visité a nuestro protagonista, conociendo la especie, te sorprende más su tamaño. A excepción de una decena de ejemplares colindantes de tamaño considerable el resto del bosque lo componen robles de no más de 50-60 cm de perímetro. Por eso este árbol está protegido por las leyes de la Comunidad de Madrid, aunque ello no impide que su estado sea ya el de un anciano que debe padecer alzheimer ya que apenas recuerdan sus ramas como producir hojas y bellotas.
El paseo por la Mata del Pañuelo, además de bonito, es fácil y simple, ya que se trata de un amplio sendero por donde pasan habitualmente los forestales con sus grandes vehículos sin dificultad. Es zona de explotación maderera intensa. Para alguien como yo, que venero estos sitios, podría ser algo doloroso, ver como las máquinas motosierras suenan sin cesar y los múltiples troncos terminan descansando en las laderas de las lomas, en espera de su carga, para convertirse quizás en papel, quizás en muebles o tarimas de nuestras casas.
Es curioso, ya que nunca tuve esa sensación. Cuando el trabajo es equilibrado, se eligen los talados diseminados sin clarear el bosque, provocando la entrada de luz al interior, se provoca la fortaleza de los vecinos, haciéndolos más fuertes.
Viendo esto me pregunto el porque de talar a rasa gran cantidad de espacios naturales, como lo que vemos en continuo en el Amazonas, cuando a la larga  algo como lo demostrado en Rascafría es duradero, ventajoso, económico a largo plazo y lindo para la vista. La respuesta, sin duda, estará en la codicia humana, que siempre supera a la razón.
No pude ponerme en la foto para testificar mi llegada, ni para establecer la relación habitual de tamaños, por mi incapacidad de estabilizar la cámara. Menos mal que vino un gran amigo conmigo (que disfrutó más que yo del paseo) y podemos observar el tamaño del anciano melojo.

viernes, 25 de octubre de 2013

Alcornoque Dehesa Boyal Belvis de Monroy

Alcornoque Dehesa Boyal Belvis de Monroy


 Tengo una historia de amor y odio con Extremadura. La palabra Extremadura lo dice todo. Extrema y dura. A fe mía que lo es, sobre todo porque la naturaleza es tan intensa que puede contigo día a día, y cuando crees que la tienes controlada, al menos en entornos pequeños te manda un recado y te deja en tu sitio. Una de las cosas que más me ha llenado en mi vida ha sido cambiar mis entornos próximos mejorándolos en cuanto a su medio natural se refería.

Estoy vinculado a una pequeña finca en el corazón más seco de la provincia de Cáceres, en un valle entre dos grandes formaciones montañosas, la Sierra de Gredos con su majestuoso Valle de Tietar y la Sierra de Guadalupe, insigne ejemplo de castañares y pinares profundos.

Estas montañas magnificas paran las lluvias, y la pluviometría, aunque no escasa, si es verdaderamente estacional, manteniendo el valle muy seco durante varios meses al año. En un esfuerzo titánico plantamos miles de  encinas y alcornoques, por que sabíamos según los escritos de hace más de un siglo que en esta tierra precaria existía un bosque pleno mediterráneo.

Cerca de estas tierras existen otras fincas no masacradas que están llenas de grandes encinas y alcornoques, como el ejemplar de la fotografía, aledaño a estas tierras y de tamaños significativos. Da pena ver que no están bien cuidados y no sé cuanto tiempo nos durarán.

Años de sequías largas y traicioneras, así como poca ayuda de las gentes de estos pueblos que tienden a destrozar y no a mejorar sus tierras, han dado a veces con mi ánimo en el suelo, aunque cada vez que veo que una encina sigue su buen curso, aunque lento o prácticamente detenido en el tiempo, mi euforia aparece y me doy cuenta que mi espacio temporal es totalmente diferente al de estos seres

Espero que cuando pasen siglos, en estas tierras que decimos nuestras aunque realmente somos nosotros los que pertenecemos a ellas, nuestros pequeños árboles se conviertan en grandes y singulares ejemplares  y espero y deseo  que alguien que ostente amor y vocación  hacia estos seres, escriba algo parecido a lo que yo he escrito sobre otros de ellos en estas líneas.

Quizás, este libro sirva como homenaje a las personas que hace siglos plantaron, protegieron o mimaron estas maravillas. Gracias a todos ellos por su sabiduría.

jueves, 24 de octubre de 2013

Castaño del Cotanillo, Zarzalejo, Madrid


Castaño (Castanea sativa) Castaño del Cotanillo, Zarzalejo, Madrid

Dicen que la línea recta es el camino más corto. Pero el ser humano es muy complicado, pues cuando te ponen todas las condiciones óptimas para llegar a algo, casi todo el mundo tiende a complicarse y obtener o no, el resultado, después de muchas vueltas. 
Quizás sea un instinto para sobrevivir. La vida me ha hecho esto muchas veces, complicándose en el más fácil y simple de los obstáculos y se ha hecho exageradamente fácil, cuando algo era muy complicado en apariencia. 
Supongo que la realidad es que nuestras evaluaciones previas nos hacen ver de otro modo la vida, no siendo más que filosofía mal entendida.
La apreciación de la naturaleza en su máximo esplendor, te hace evaluar las dificultades desde el punto de vista de lo verdaderamente importante y las visicitudes menores se convierten en nada, dándote cuenta de lo verdaderamente importante de la vida. 
Esta es, sin duda,  la máxima de la verdadera filosofía zen japonesa. No tengas necesidades ni deseos no importantes ya que sufrirás con ellos y para ellos. Aprecia las cosas buenas de la vida que a menudo son las más próximas, sencillas y bonitas. Toma importancia de las cosas delicadas y minimiza las que no lo son y alcanzarás la felicidad.

Esto me pasó con este impresionante castaño europeo. Quizás sea el árbol más fácil de visitar de todos los más de 500 que aparecerán en este blog a excepción de los que están en sitios turísticos o en las ciudades.
La documentación previa era excesivamente sencilla. Desde Zarzalejo, subiendo por el deposito del Canal de Isabel II, media hora por la linde del pinar. 
La primera vez que estuve no fui capaz de encontrarlo. Eso sí, ese sendero a través de pino resinero, primero, y más arriba enebros y pinos silvestres fue muy agradecido a la vista. Llegué donde posiblemente no termina nadie que va a Zarzalejo, al final del cerro de la Machotas desde donde hay una vista magnifica del Puerto de la Cruz Verde.

Fue la segunda visita donde pude apreciar la majestuosidad del castaño más grande de nuestra comunidad. No llega a ser como los famosos del Bierzo o de El Tiemblo pero se asemeja.
Destacaría la cantidad de vestigios de tierra removida por los jabalíes alrededor del árbol en busca del manjar de la temporada otoñal; las castañas, que solo pueden disfrutar un mes al año. Quizás sea el fruto más evolucionado que exista ya que se recubre de una cáscara con terribles espinas, para evitar el manjar instantáneo de los animales, asegurándose que con el mal tiempo alguna castaña consigue finalmente germinar.

Según artículos publicados recientemente justo en esta zona se han descubierto indicios y ha habido avistamientos de lince ibérico. Por la zona no sería de extrañar que tan emblemático animal la hubiese elegido para  vivir de nuevo salvaje y libre.

martes, 22 de octubre de 2013

Secuoya Gigante, Árbol del Mamut,   (Sequoiadendron giganteum)       

Mariposa Grove, Yosemite Valley ,California, USA

Las Secuoyas rojas de Costa  y las gigantes de California  (Sequoia sempervirens y Sequoiadendron giganteum) son los seres vivos más grandes e inmensos del planeta. No hay ser vivo excepto los Abetos de Douglas y los Ecucaliptos regnans, también especies de árboles, que se les asemejen. 
Se descubrieron a mediados del s.XIX, por el hombre blanco civilizado, cuando contaba con millones de hectáreas a lo largo de la costa californiana. Y fue otra vez lo que llamamos civilización y progreso lo que las masacró hasta la extenuación a mediados de s.XX para que solo llegase a perdurar el 5% del bosque primario original. ¿Que llevará al hombre moderno a pensar que todo es infinito y además a creerse en posesión de la naturaleza?. Gracias a Dios hubo en esa época grandes políticos con visión y protegieron grandes áreas como Mariposa Grove, Yosemite o Sequoia National Park que han llegado a nuestros años en perfecto estado.
Pero ha llegado otra época, e igual que esta zona mundial se convirtió en referente mundial en informática con su Silicon Valley, se ha empezado a gestionar grandes zonas de modo sostenible, donde se tala con criterios sostenibles, además de hacerlo sobre especimenes más grandes, ya que se ha descubierto el diferencial en la calidad de la madera sobre individuos de más tamaño.
Las especies animales endémicas de la zona, de esta forma permanecen y crean más posibilidades de biodiversidad que también mejoran la genética de estos seres. Curioso es, mencionar, que llevamos toda la vida luchando contra el fuego como una maldición en nuestros bosques. Increíbles avances geobotánicos han constatado la necesidad de no luchar contra los mismos en las montañas de Sierra Nevada en California donde se ubican estos bosques de secuoyas. Estos árboles son tan magníficos que su corteza muy gruesa y suberosa aguanta continuos incendios en su nebari, lo que provoca el calentamiento de sus altas copas (se ha llegado a medir una secuoya roja con más de 110m de altura), consiguiendo la dispersión de sus minúsculas semillas sobre las cenizas de los restos de los árboles de su competencia como pinos, abetos o alerces, eliminando estos y generando las condiciones perfectas para su germinación. Actualmente los forestales no apagan lo incendios de pequeño y medio calado que se producen, incluso los provocan controladamente.
Esperemos que la técnica, el criterio y la formación sea el vínculo futuro entre estas montañas y nosotros para que nuestro futuro común sea mucho mejor.


 

lunes, 21 de octubre de 2013

Álamo negro. Zarzalejo, Madrid

Álamo negro. Zarzalejo, Madrid (Chopo)

En esta página del blog, me gustaría intentar enlazar y explicar, el encuentro del chopo que aparece en la fotografía, con la filosofía del amor por lo natural, que ha inspirado, no solo a la antigua sociedad japonesa que encumbró estos pensamientos a niveles de altura y belleza increíbles, sino también con muchas otras culturas ancestrales 
Nos hemos acostumbrado a necesitar un sinfín de cosas materiales, que en el mejor de los casos, se sustituyen en unos años de forma frenética, y en el peor de los mismos, no nos duran ni siquiera unos días, al ser sustituidos por otras necesidades u objetos que tapan las anteriores.
Pero no es difícil con un poco de sentido común, llegar a darse cuenta, de la falta de verdadero fondo que tiene esto, ya que nunca conseguimos llenarnos de estas cosas, ya que siempre, hay algo más a obtener. Cuando nos empezamos a dar cuenta de que no necesitamos esas cosas, las mismas llegan antes, las valoramos más y nunca nos sentimos mal por no conseguirlas. Quizás sea la apreciación de lo hoy en día llamado inútil, lo que nos hace alcanzar y llenar de satisfacción nuestros corazones. Situaciones como las de empezar a mirar a nuestro alrededor, pasear por el campo, observando a la naturaleza en su esplendor, así como la apreciación del crecimiento de los árboles, los cambios de colores y el movimiento continuo de la vida, nos llegan a hacer felices. Y es curioso que sea con algo gratis. Ver a tus hijos disfrutar y reír por subirse a unos árboles centenarios, saltar desde cuatro metros y querer volverse a subir, no tiene precio. Podemos tener grandes bienes materiales, pero sin la apreciación de las cosas internas de la vida no valen de nada. 
Dice la filosofía japonesa zen, que cuanto más vacío estás, cuanto más cosas dejas, más llenas tienes las manos. Cuando nos empeñamos en encontrar cosas, buscar desenfrenadamente cosas materiales, para muchas veces aparentar, e intentamos atrapar la vida entre las manos, esta se escapa y la perdemos. Sin embargo si dejamos que la vida te atrape, y consigues ser parte de ella, no como dueño, sino como parte del equilibrio del conjunto, sin hacer uso de ella, sino disfrutándola, llegas a la perfección espiritual, que te llena y te bendice.
Al dejar el deseo atrás, nos sentimos unidos a la fuerza del universo.
Dice esta filosofía que cuando llegas a la cumbre de la montaña, debes seguir hacia adelante para desprenderte de ti mismo. En ese momento pasas a formar parte de la montaña, se paraliza el apego por las cosas y los deseos intensos, descubrimos las cosas que no podíamos ver y ya somos parte de la naturaleza pura. Con esta sensación disfrutamos lo que la vida nos deja ver y tocar, y desarrollamos sentimientos que aunque antes estaban a menos de un metro, no podíamos disfrutar.
Alguien me preguntó un día como deberíamos observar los árboles. La respuesta es sencilla. No veas árboles. Mira un solo árbol como individuo, atrapa lo que te puede llegar a llenar y ofrecer. Luego observa otro. Cuando hayas conseguido individualizar las cosas que te rodean, podrás ver el conjunto en armonía y perfección y verás un cuadro totalmente diferente, lleno de vida y sensaciones.
Este chopo lo vi cuando no iba a verlo y no vi el castaño que iba a ver. Pero me pudo sorprender tanto como el objetivo no encontrado. Eso es la individualidad del conjunto, la búsqueda de lo bello y el encuentro con sensaciones no esperadas.

jueves, 17 de octubre de 2013

Sabinar de Hornuez

SABINAR DE HORNUEZ 

Impresionado me quedé al llegar a este paraje conocido como Enebral de Hornuez. Cuando uno se documenta sobre un árbol singular que aparece en muchas publicaciones y con el amor que siento por ellos, nunca me hubiera imaginado el espectáculo que observé en dicho paraje. Iba con la idea de lo que es habitual, encontrar la sabina de Hornuez, la sabina más grande de España, 19 metros de porte, a 50m de la ermita del mismo nombre, inmensa como árbol singular que de tal tamaño ha sido incluso portada en libros especializados.
Pero no me encontré un árbol singular, sino un bosque de árboles singulares, donde cientos de ellos sobrepasan tamaños enormes. Pude fotografiar muchos y he elegido tres por su singularidad como podría haber elegido otros muchos.
La primera elección es sencilla. La gran sabina de Hornuez (arriba), que ha sido desgraciadamente abatida por lo que aparentemente ha sido una gran tormenta de agua, nieve y viento.
Por la apariencia de las hojas de los troncos abatidos que aún estaban verdes, puede haber sido durante las tormentas que han sacudido el mes de enero de 2010. Terriblemente seguimos asistiendo a la pérdida de grandes seres vivos. El hombre sigue sin proteger a la protección.
La pérdida de esta gran sabina, es impactante ya que pocos ejemplares pueden alcanzar este tamaño en este tipo de especies. El sentimiento es quizás menor, por la grandiosidad del resto de ejemplares que minimizan el desastre.
La siguiente elección ha sido sin lugar a dudas por su tamaño y forma colosal de porte y edad como se puede apreciar en la foto. La última de las elecciones, por mi pasión por los bonsáis, es la increíble sinuosidad en el crecimiento de una de ellas que durante cientos de años ha endurecido y blanqueado su corteza, cayendo hacia el suelo. Es el bonsái perfecto.
Este sabinar tiene una gran historia en su corazón. Según cuenta la leyenda, durante un invierno del siglo XI, unos pastores protegiéndose en esta zona, intentaron hacer fuego en la base de una sabina, sin conseguirlo nunca. De pronto vieron un haz de luz proveniente de la sabina y una imagen de la Virgen en lo alto del árbol. Se llevaron la imagen a Moral para su iglesia. Al día siguiente la imagen volvió a aparecer en la sabina. Varias veces lo hicieron y en todas, la imagen regresaba. El pueblo de Moral de Hornuez, que antes solo se llamaba Moral, construyó una gran y hermosa ermita en el lugar de los hechos en medio del sabinar milenario como ofrenda a la Virgen. Ambos, Sabinar y Ermita se encuentran ahora en perfecta armonía y salud y se protegen mutuamente.




miércoles, 16 de octubre de 2013

Alcornoque Navalmoral de la Mata


Nos vinculamos a nuestro entorno, aunque no queramos. De esto estoy plenamente seguro. Todos nosotros hablamos de mayores acerca de las cosas que vivimos en nuestra infancia y en una gran parte de ellas están vinculadas al entorno y muchas veces, los árboles son grandes protagonistas.

Nuestros ancestros han vivido fundamentalmente en pueblos en su niñez. Somos la primera generación, que ha vivido plenamente la infancia en zonas urbanas, gracias a la revolución industrial del siglo XX, donde las migraciones hacia las ciudades fueron masivas.

Debemos saber que hemos perdido una gran experiencia en nuestras vidas. He escuchado placidamente grandes historias de mis abuelos (gracias, Benita), padres o amigos con más edad. Historias maravillosas vinculadas a nieves, sendas en bosques, lobos o grandes alcornocales familiares donde se enseñaba a los niños a vivir con la naturaleza vinculada en sus vidas.

Hoy no tenemos nada de todo eso, por que nos hemos separado radicalmente de la naturaleza, aunque algunos nos hemos empeñado en provocar en nuestros hijos una dicotomía entre ciudad y campo, entre coches de ultima generación y árboles milenarios, entre cines en 3D y bosques singulares, y por supuesto, entre amor paternal y  natural, entre crecimiento personal y respeto hacia otras formas de vida con su pleno derecho a vivir.

Hay algo que me fascina cada vez que puedo verlo. Cuando se produce el descorche del alcornoque en los primeros días, la capa de cambium interna que se muestra visible es extraordinariamente roja. Pero lo mejor está por llegar, cuando podemos observar estos colores cuando la luz del día acaba y los rayos de luz se reflejan horizontalmente, provocando cambios constantes de tonalidad en estos troncos, pasando del naranja al ocre y del ocre al rojo intenso. Fantástico.

Algún profano podría pensar en el daño que se produce en el árbol al retirarle la corteza y dejarle desprotegido. Es cierto que ver alcornoques nunca descorchados es algo grandioso. Pero la verdad que si hablamos de ecología esta práctica ancestral es el ejemplo vivo de sostenibilidad. Existen más bosques por que son rentables, mucha gente puede vivir del campo sin arrasar los mismos para agriculturas intensivas, se lucha contra el cambio climático, se consigue un material, el suber o corcho, de propiedades magníficas y participa en la elaboración de un producto maravilloso como es el vino.

Lo único que se puede pedir ya es que esa moda de tapones de plástico que se intenta introducir en el mundo del vino sea solo eso, una moda, se tenga en cuenta todo esto y se mantenga lo ancestral, que además es sin duda, mucho mejor.


martes, 15 de octubre de 2013

Roble Melojo, Rebollo (Quercus pyrenaica)

Roble en Matabuena, Matabuena, Segovia

"Eres más fuerte que un roble" Con esta frase se dice todo. Que te comparen con este ser es un orgullo. Cada vez que me surge la comparación conociendo las características de este ser de la fotografía me llena de vida y placer. Los robles de Matabuena (hay varios),  tienen ya muchos cientos de años, y aún así son fuertes y grandiosos. El roble representa los cuatro valores más importantes de la vida. Su primera y principal posesión es la Fuerza. Una fuerza sobrenatural que se sobrepone a todo lo malo y perverso de la vida. Y se distingue por su porte inmenso, fuerte y brutal. Representa el Valor, ya que sin miedos, regenera grandes superficies peladas por los incendios, necesitando mucha luz de joven (son muy heliófilos), y adaptándose de mayores a más sombra para dejar que otras especies los acompañen.
Representa la Sabiduría, ya que es el buque insignia de la Marcescencia, propiedad de estos árboles que les hace fortalecer los peciolos de sus hojas, aun secos, no permitiendo la caída de las mismas, con el beneficio de la protección de sus futuras yemas primaverales y el aseguramiento de la mejora de su suelo con sus propias hojas cuando ya caen en primavera al salir las nuevas, debido a que ya se han perdido las del invierno, asegurándose alimento en su base durante más tiempo.
Y representa la Nobleza, ya que muchos pueblos los han elegido como estandarte de sus conclaves y reuniones, para preservar la unidad de los pueblos y sus culturas.

Tengo dos robles en mi jardín. Uno es privado, norteamericano a más señas, rojo otoñal donde los haya. Roble rojo americano (Quercur rubra). Lo planté por la espectacularidad de sus colores otoñales y su rápido crecimiento. Los he visto grandes en reforestaciones en Burgos y casi no puedo imaginarme como estará el mío dentro de 20 o 25 años, inundando de color otoñal, prácticamente todo el jardín propio e incluso el comunal. Mido su perímetro de crecimiento todos los años, y verifico que crece con salud y vigor. Espero sea un referente en la zona en el futuro. Otro planté en el jardín común. Un roble español, así le llaman. Crece más lento, pero aún así la marcescencia es y será espectacular, salvo por que algún jardinero con escasos conocimientos lo haya querido talar. "Se ha secado, comentaron en una ocasión" Gracias a Dios, pude informarle de esta espectacular propiedad. Espero que se haya imbuido de esa información y ya no corte ninguno más allá donde su labor cotidinia le lleve.