miércoles, 6 de noviembre de 2013

Fresno de Gargantilla del Lozoya, Madrid

Fresno Negro Europeo 
(Fraxinus excelsior)
Gargantilla del Lozoya, Madrid
Mis amigos tienen un fresno enorme en su jardín. Compraron una casa en Gargantilla del Lozoya en medio de una zona donde los fresnos enormes y centenarios llenan de vida a la sierra. 

Yo creo que realmente el fresno les compró a ellos para que le cuidaran. Y a fe mía que lo hacen, ya que está en un momento álgido de su vida.

Tienen un pozo, por que donde hay fresnos hay agua abundante.
Estos fresnos han sido podados desde tiempos remotos para la producción de varas, con el fin de obtener soportes para la plantación de alubias, alimento indispensable en siglos pasados y luego para fabricar herramientas y enseres, consiguiendo con los años, las famosas siluetas de los fresnos de troncos inmensos con varas mirando al cielo en forma de escoba.

Nuestro fresno (también es mío, por que lo disfruto) ya no se poda de esa manera ya que se ha convertido en árbol de jardín, lo que hará aún mayor su majestuosidad con los años.

Árbol venerado por las civilizaciones antiguas se decía que era el Dios de la fecundidad. Declarado Dios por los germánicos ya que contenía en sí todas las fuerzas del universo y era el hito donde se marcaban los mundos subterráneos del agua y sus manantiales emergidos, hoy está en recesión por la menor demanda de su propiedad más extraordinaria: la increíble relación flexibilidad y dureza de su duramen.
Me gustaría pasase algo parecido como con el suber del alcornoque, y se valorase más lo natural, y menos lo mineral o sintético, tan introducido en nuestras casas.

Es probablemente el árbol con mayor simetría entre raíces y parte aérea. Cuando sufre sequías o crece en zonas más secas, se achaparra, manteniendo viva la parte más importante de sus ramas. En cambio, cuando se suministra de abundante agua, la parte aérea emerge con una fuerza brutal y se convierte en un ser colosal.

Este árbol se ha plantado desde tiempos remotos cerca de las casas de campo, por ser atrayente de los rayos aduciendo gran capacidad de sacrificio hacia nosotros ejerciendo de pararrayos natural.

Con el tiempo la silueta de estos seres puede llegar a ser tremenda, siendo curiosa  la forma en la que se ha manifestado un enorme fresno (fotografía de la derecha) ubicado en la carretera de la silla de Felipe II, en El Escorial.

¡Que gran careta de Halloween para los niños!




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