miércoles, 9 de octubre de 2013

Haya Europea. Fagus sylvatica, Ezcaray, río Oja

Haya europea en Ezcaray


Si los robles son los reyes, las hayas son, sin duda, las reinas del bosque.
Cuando paseas por un hayedo, lo más impresionante que ves, sin duda, es observar la luz entrando por el cielo, pudiendo observar los claros-oscuros que hacen del entorno algo fascinante, casi mágico.

Si pudiésemos imaginar dónde viven brujas y gnomos de los bosques, sería seguro, en los hayedos norteños.
Si además te encuentras con ejemplares como el de la foto, ya se convierte en algo especial.

Los hayedos son bosques muy especiales, ya que donde existen consiguen mantener pluviosidades muy altas, con ríos hermosos y caudalosos, desplazando a pinos negros y silvestres y consiguiendo en menores alturas sobre el nivel del mar acompañarse de avellanos, nogales y fresnos que reciben las aguas donadas por estos bosques.

Poseen la gran virtud de enriquecer la tierra con sus hojas marchitas, abonándose, a sí mismas y a las demás especies, así como alimentando a animales salvajes y domésticos e incluso a los hombres en épocas antiguas de escasez.

La zona de Ezcaray, Valdezcaray y pueblos anexos tienen vida gracias al río Oja, un precioso río de alta montaña de la Sierra de la Demanda. Solo pueden existir estos ríos limpios y vivos con los hayedos que encontramos en lo alto de las montañas que filtran, retienen y mantienen vivo el suelo de la sierra, para devolver el agua pura de los arroyos para fresnos, tilos y avellanos antes de la llegada a su curso. Un vez en él, empieza la carrera hacia el mar, no sin antes plagar de vida todo a lo largo de su curso, con álamos, chopos, frenos y alisos en todo su recorrido.

Cada vez hay menos hayedos en el mundo,  a pesar que antes dominaban grandes extensiones en Europa, Norteamérica y Japón debido a que son lentas creciendo y nos dan una madera de gran calidad para muebles y suelos de nuestras casas.
Dicen, que donde se talan estos bosques, disminuyen las lluvias considerablemente, afectando masivamente a la vida vegetal aledaña.

Por esto solo cabe decir "Dios salve a la reina"

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