lunes, 13 de enero de 2014

Nogalón del Tío Eusebio. Nogal Común (Juglans regia) Espinoso de Compludo. León

Nogalón del Tío Eusebio. Nogal Común (Juglans regia) Espinoso de Compludo. León

 Después de observar estos seres, hoy abandonados a su suerte, debido a que estos pueblos fueron despoblándose de vecinos, lo que se me viene a la mente, es como hemos modificado nuestras valoraciones de las cosas. Hoy en día, sólo aquellos que apreciamos la naturaleza, sobre todo si tiene estos tamaños, podemos perder tiempo y dinero en ser parte de ellos, ya que cuando lo visitamos y fotografiamos nos llevamos parte de ellos en forma de recuerdos, energía y vida.

Pero antiguamente fue otra cosa. Hoy, aparecen en este paraje unas decenas de nogales, de lo que al parecer fueron unas fincas llenas de tan digno ser. Cómo se valorarían, que mucha gente vendió muchos ejemplares para comprarse casa en la capital. Hoy en dia, para mí valen mucho más, ya que el valor ecológico, que es el que perdurará, revaloriza dia a día su existencia. Fotografié muchos de ellos, apareciendo en las fotos, el más famoso y el más grande.
El nogal fue antaño muy apreciado por su madera y por la producción de nueces. Ambas propiedades sacaban en el primer caso de la miseria a las familias, y en el segundo, del hambre. Hoy las nueces que seguimos consumiendo siguen siendo un manjar, aunque ya no apreciamos su valor nutritivo. El valor de su madera, radica en su dureza, falta de porosidad y color de acabado al lijar y barnizar. De hecho todos llamamos color nogal a una variedad de tono muy característico.
Podemos valorar aún más especimenes muy grandes al saber que es uno de los árboles más delicados en sus primeros años de vida, recordándonos aquello de la alta mortandad infantil de otros tiempos. Cuando por fin se establece crece lento pero majestuoso.

Castaño anexo al Nogal






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