martes, 22 de octubre de 2013

Secuoya Gigante, Árbol del Mamut,   (Sequoiadendron giganteum)       

Mariposa Grove, Yosemite Valley ,California, USA

Las Secuoyas rojas de Costa  y las gigantes de California  (Sequoia sempervirens y Sequoiadendron giganteum) son los seres vivos más grandes e inmensos del planeta. No hay ser vivo excepto los Abetos de Douglas y los Ecucaliptos regnans, también especies de árboles, que se les asemejen. 
Se descubrieron a mediados del s.XIX, por el hombre blanco civilizado, cuando contaba con millones de hectáreas a lo largo de la costa californiana. Y fue otra vez lo que llamamos civilización y progreso lo que las masacró hasta la extenuación a mediados de s.XX para que solo llegase a perdurar el 5% del bosque primario original. ¿Que llevará al hombre moderno a pensar que todo es infinito y además a creerse en posesión de la naturaleza?. Gracias a Dios hubo en esa época grandes políticos con visión y protegieron grandes áreas como Mariposa Grove, Yosemite o Sequoia National Park que han llegado a nuestros años en perfecto estado.
Pero ha llegado otra época, e igual que esta zona mundial se convirtió en referente mundial en informática con su Silicon Valley, se ha empezado a gestionar grandes zonas de modo sostenible, donde se tala con criterios sostenibles, además de hacerlo sobre especimenes más grandes, ya que se ha descubierto el diferencial en la calidad de la madera sobre individuos de más tamaño.
Las especies animales endémicas de la zona, de esta forma permanecen y crean más posibilidades de biodiversidad que también mejoran la genética de estos seres. Curioso es, mencionar, que llevamos toda la vida luchando contra el fuego como una maldición en nuestros bosques. Increíbles avances geobotánicos han constatado la necesidad de no luchar contra los mismos en las montañas de Sierra Nevada en California donde se ubican estos bosques de secuoyas. Estos árboles son tan magníficos que su corteza muy gruesa y suberosa aguanta continuos incendios en su nebari, lo que provoca el calentamiento de sus altas copas (se ha llegado a medir una secuoya roja con más de 110m de altura), consiguiendo la dispersión de sus minúsculas semillas sobre las cenizas de los restos de los árboles de su competencia como pinos, abetos o alerces, eliminando estos y generando las condiciones perfectas para su germinación. Actualmente los forestales no apagan lo incendios de pequeño y medio calado que se producen, incluso los provocan controladamente.
Esperemos que la técnica, el criterio y la formación sea el vínculo futuro entre estas montañas y nosotros para que nuestro futuro común sea mucho mejor.


 

1 comentario:

  1. Magnífico ejemplar. Un orgullo de la naturaleza. El tamaño en los seres vivos, junto a sus comportamientos, no hay duda que sea lo más destacado en ellos. No se menciona si aún produce semillas y, de ser así, sería bueno conocer si existe un vivero.

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