jueves, 17 de octubre de 2013

Sabinar de Hornuez

SABINAR DE HORNUEZ 

Impresionado me quedé al llegar a este paraje conocido como Enebral de Hornuez. Cuando uno se documenta sobre un árbol singular que aparece en muchas publicaciones y con el amor que siento por ellos, nunca me hubiera imaginado el espectáculo que observé en dicho paraje. Iba con la idea de lo que es habitual, encontrar la sabina de Hornuez, la sabina más grande de España, 19 metros de porte, a 50m de la ermita del mismo nombre, inmensa como árbol singular que de tal tamaño ha sido incluso portada en libros especializados.
Pero no me encontré un árbol singular, sino un bosque de árboles singulares, donde cientos de ellos sobrepasan tamaños enormes. Pude fotografiar muchos y he elegido tres por su singularidad como podría haber elegido otros muchos.
La primera elección es sencilla. La gran sabina de Hornuez (arriba), que ha sido desgraciadamente abatida por lo que aparentemente ha sido una gran tormenta de agua, nieve y viento.
Por la apariencia de las hojas de los troncos abatidos que aún estaban verdes, puede haber sido durante las tormentas que han sacudido el mes de enero de 2010. Terriblemente seguimos asistiendo a la pérdida de grandes seres vivos. El hombre sigue sin proteger a la protección.
La pérdida de esta gran sabina, es impactante ya que pocos ejemplares pueden alcanzar este tamaño en este tipo de especies. El sentimiento es quizás menor, por la grandiosidad del resto de ejemplares que minimizan el desastre.
La siguiente elección ha sido sin lugar a dudas por su tamaño y forma colosal de porte y edad como se puede apreciar en la foto. La última de las elecciones, por mi pasión por los bonsáis, es la increíble sinuosidad en el crecimiento de una de ellas que durante cientos de años ha endurecido y blanqueado su corteza, cayendo hacia el suelo. Es el bonsái perfecto.
Este sabinar tiene una gran historia en su corazón. Según cuenta la leyenda, durante un invierno del siglo XI, unos pastores protegiéndose en esta zona, intentaron hacer fuego en la base de una sabina, sin conseguirlo nunca. De pronto vieron un haz de luz proveniente de la sabina y una imagen de la Virgen en lo alto del árbol. Se llevaron la imagen a Moral para su iglesia. Al día siguiente la imagen volvió a aparecer en la sabina. Varias veces lo hicieron y en todas, la imagen regresaba. El pueblo de Moral de Hornuez, que antes solo se llamaba Moral, construyó una gran y hermosa ermita en el lugar de los hechos en medio del sabinar milenario como ofrenda a la Virgen. Ambos, Sabinar y Ermita se encuentran ahora en perfecta armonía y salud y se protegen mutuamente.




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